Prorrogan el impuesto a los autos con retoque "light" en el piso del tributo y con ventajas para los nacionales

La base se incrementó un 15% y tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre. La novedad es que se baja la alícuota para los vehículos que se fabrican en el país. La decisión traería algo de tranquilidad en las automotrices aunque preocupa la reacción de Brasil porque quedan en desventaja sus productos 



Finalmente, y después de dos días de espera y desesperación en las terminales y concesionarios, el Gobierno Nacional modificó el decreto del impuesto interno a los 0km.
La medida que fue publicada en el Boletín Oficial y tiene como vigencia hasta el 31 de diciembre de 2015 tiene dos datos importantes.

Por un lado, se elevó un 15% la base mínima imponible a partir de la cual se impone el tributo, un retoque demasiado leve teniendo en cuenta la inflación que afectó a los autos en los últimos meses.

Por el otro, se redactó una excepción especial para los autos de fabricación nacional, con una reducción de la alícuota, lo cual pasa a ser la noticia más destacada de la medida.

Según las modificaciones, aquellas operaciones cuyo precio de venta, sin considerar impuestos, incluidos los opcionales, sea superior a $225.000 hasta $278.000, estarán gravadas con una tasa del 30%. Hasta ahora se consideraban los autos con un precio de $195.500 hasta $241.500.

Para el caso de que se supere el monto de $278.000, será de aplicación la tasa del 50%. Hasta ahora se consideraban los precios desde 241.500 pesos.

Además de estos cambios, en la resolución aparece una cláusula especial para los autos de fabricación nacional.


En este caso, para aquellas operaciones cuyo precio de venta, sin considerar impuestos, sea superior a $225.000 hasta $278.000, estarán gravadas con una tasa del 10%. Para el caso en que se supere el monto de $278.000, será de aplicación la tasa del 30 por ciento.

Hay que tener en cuenta que la tasa que se menciona es nominal y en la práctica los valores finales son diferentes.


La cuentita que terminó de amargar a las automotrices allá por en enero de 2014, cuando se conoció este impuesto, es la siguiente: la alícuota efectiva es igual a la tasa nominal, multiplicada por cien sobre cien menos la tasa nominal (tasa efectiva = (tasa nominal por 100)/(100 - tasa nominal).

De esta manera, la alícuota de 30%, pasa a ser de 42% efectiva, mientras que la de 50% es de 100%. En el caso de la nueva disposición para los autos nacionales de 10% se traduce en 11 por ciento.

Impacto en el público
Los valores mencionados rigen para los precios de venta de las terminales a los concesionarios, pero de venta al público los montos a considerar varían.


Hasta ahora, un auto que superara los $274.000 de venta al público era alcanzado por el tributo. Desde ahora, los autos que deberán pagar impuestos internos son aquellos que tengan un valor desde los $340.000 promedio. Los nacionales que superen ese monto tributarán un 10%, mientras que los importados pagarán un 30%.

La segunda escala del impuestazo afectará a los autos que superen un precio de venta al público de $455.000. Los nacionales tributarán un 30% y los importados pagarán un 50%.

Los beneficiados
La modificación de la medida era una de las mayores necesidades de la industria. Los precios de los 0km se incrementaron 60% desde enero de 2014, y la realidad es que los vehículos del segmento medio quedaron atrapados en el tributo.

Eso no es todo, sino que los riesgos estaban empezando a sentirse en los autos del segmento B, más si esta modificación no llegaba y se volvía al estado de diciembre de 2014, que es lo que pasó desde el 30 de junio hasta hoy. Si esto no ocurría, el número de versiones en riesgo ascendía a más de 100.

Con los cambios algunos modelos se verán aliviados, aunque también se espera que aquellos frizados entre $274.000 y $278.000 (el monto de venta al público que regía hasta el último decreto) tomen algo de aire y puedan correr sus valores.

La excepción que se menciona para los autos de fabricación nacional era muy esperada por la industria y ahí están los que sacarán ventajas. Los más importantes son:


  • Peugeot: fabrica en El Palomar el 308 y 408 y desde hace meses están congelados en $275.000. Los cambios llegan justo antes del lanzamiento del restyling de ambos productos.
  • Citroën: produce en la misma planta de su compañero del grupo PSA el C4 Lounge, el cual ya discontinuó el modelo tope de gama por el precio que había alcanzado, y redefinió todas las versiones.
  • Ford: fabrica en Pacheco el Focus, el cual fue recientemente rediseñado y esperaba las decisiones del impuesto interno para lanzar el restyling.
  • Honda: que espera ansiosa esta medida para poner precio a la HR-V que desde hace pocos meses se produce en Campana.
En desventaja
Las noticias no impactan de la misma forma en automotrices que hasta el momento han sido de las más importantes en el país, como es el caso de Toyota, la cual está por culminar una inversión de u$s800 millones para modernizar su planta de Zárate.


La japonesa produce en Zárate la pick up Hilux y la SW4. La primera está exenta de impuesto por ser un utilitario, mientras que la segunda está alcanzada por el impuesto más alto. De esta manera, comprar la SUV de fabricación nacional implica desembolsar más de un millón de pesos.
 
Los cambios para este vehículo serán imperceptibles, pero sí sufre un duro golpe el Corolla, importado de Brasil, ya que la mayoría de sus competidores (con excepción del Volkswagen Vento y Honda Civic) tendrán desde ahora la ventaja de pagar solo el 10% de alícuota, mientras que el sedán que posee más del 30% del market share deberá hacer frente a la tasa del 30 por ciento.

Como se mencionó, también serán afectado el Honda Civic, hasta ahora contenido por la automotriz sin impuesto y Volkswagen con su sedán que ya tiene algunas versiones pagando tributo.


Otra de las decisiones más esperadas será la de Jeep para el lanzamiento del Renegade, ya que es una de las grandes propuestas para este año que enfrentaría el nuevo HR-V de producción local, el cual tendrá desde ya algunas ventajas.

Las quejas también se esperan de parte de Brasil por la preferencia para los autos de fabricación nacional que deja al país vecino en desventaja de condiciones. En más, cuando esta medida se hizo efectiva en enero de 2014 y se rumoreó esta posibilidad, desde el país vecino pusieron el grito en el cielo. Habrá que esperar para ver qué pasa con las próximas reacciones.

Crónica de la debacle

El impuesto interno a los autos de alta gama comenzó a regir en enero de 2014. Hasta ese momento la industria había vivido un show de ventas, con patentamientos que alcanzaron la 955.000 unidades.

El objetivo de la medida fue frenar el fuerte drenaje de dólares que generaba la venta de autos importados. Con el tipo de cambio planchado y el cepo en plena vigencia, más de un consumidor encontraba en los vehículos de lujo una alternativa de inversión o, al menos, una opción para ganarle a la inflación.

Pero al poco tiempo de haberse establecido el impuesto, la Argentina también devaluó el peso contra el dólar, lo que provocó un abrupto reacomodamiento de precios de todos los autos 0km en el primer trimestre de ese año.

Desde entonces las cosas empezaron a cambiar y las ventas de 0km empezaron a caer, afectadas por un cóctel de medidas que no hicieron más que derrumbar a uno de los símbolos de la década ganada que tanto proclamó el kirchnerismo.

Al aumento de precios se sumó el desplome de la demanda de autos de Brasil -principal comprador de vehículos argentinos- y que la economía local dejó de crecer.
Además las automotrices se encontraron con una regulación en las ventas de dólares que las llevó a perder stock y desacomodar la oferta de autos, al punto tal que los concesionarios pasaron a poner sus precios a los vehículos que tenían en depósito, con sobreprecios que llegan a 70%.

El nuevo contexto

A partir de ahora comenzarán a ordenarse los valores de los vehículos en los concesionarios. La tarea no será rápida, ya que el ajuste tendrá varios frentes.


Para los importados, la realidad prácticamente queda igual. La mayoría de los modelos tienen un precio por encima de los $340.000 de venta al público, por lo cual habrá pocas excepciones que puedan escapar a la medida.

Lo cierto es que la industria espera reacomodarse y pensar así en llegar a fin de año. En junio se dio una leve recuperación de los patentamientos que llegó a 5.6%, lo cual trajo algo de alivio.

Julio es un mes estacionalmente más tranquilo por las vacaciones de invierto, a lo cual se van a tener que sumar dos días hábiles frenados en ventas por las faltad de definiciones del impuesto interno más el 9 de julio que es feriado.


Con estos datos, habrá que esperar cómo se recupera el mercado y sí, el lanzamiento de muchas novedades que se presentaron en el Salón del Automóvil de Buenos Aires, ayudan a los clientes a tomar decisiones y mejorar las ventas del mes.

Fuente: Iprofesional

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