En los últimos tiempos venimos hablando de la transformación digital como el motor de la economía moderna. La llamada revolución “4.0” caracterizada por la conectividad, informatización de la fabricación y tecnologías disruptivas como el blockchain, machine learning o big data, se ha visto potenciada en los últimos meses en este escenario denominados por muchos como “la nueva normalidad”.
Desde hace aproximadamente una década son decenas los casos de empresas icónicas para la sociedad que han sido sobrepasadas por otras organizaciones más nuevas, ágiles y atractivas. Estas nuevas organizaciones, más livianas en cantidad de humanos trabajando, muy tecnológicas y que llevan nombres también más originales (Spotify; Netflix; Uber; Twitter; Airbnb; etc.), han prácticamente devastado a sus competidoras (si es que se pueden llamar así). La realidad es que no han tenido que competir. Y esto obedece a algo mucho más sencillo, pero inmensamente más contundente, algo que tiene una fuerza y un valor incalculable: las nuevas han sabido poner el cliente en el centro y hacerlos sentir protagonistas
La constante aparición de nuevas herramientas y formas de entregar valor nos pone frente a importantes desafíos. Según estudios de Standard & Poor's, el ciclo de vida promedio de las organizaciones se ha reducido de 35 años (1960 / 2010) a 18 años hoy y con una proyección de 7 años para los próximos años. Entendemos que la innovación y su conjunción con la creatividad (disrupción) son hoy la llave para sobrevivir en esta nueva forma de hacer negocios.
Traslademos esta situación al ámbito laboral. Un estudio de Oxford University indica que aproximadamente el 47% de los roles actuales van a desaparecer en los próximos 10 años, producto de la robotización de procesos o bien la digitalización de actividades. Si bien estas cifras pueden parecer apocalípticas, profundicemos un poco más qué es lo que hoy está demandando el mercado y cómo articulamos esta supuesta destrucción de trabajo con eventualmente nuevas oportunidades.
Hemos expresado que las compañías deber “reinventarse” y los empleados con ellas. Según el sitio lainformacion.com, aplicando el concepto big data a 133.000 currículums, se han determinado cuáles son las soft skills más demandadas por el mercado, destacándose las capacidades de comunicación, liderazgo, resolución de problemas, trabajo en equipo, flexibilidad y creatividad; entre otras. Cuando hablamos de creatividad propiamente dicha, algunos consideran será la habilidad más demandada en el mercado laboral en los próximos años. Según el último estudio sobre “reskilling” de EY y Future for Work Institute; el 91% de las organizaciones consultadas pondrán el foco en esta habilidad entre 2020 y 2022.
¿Y qué podemos esperar pensando un poco más a futuro? La pandemia producida por el COVID-19 nos ha permitido llegar al futuro quizás algo más rápido de lo que esperábamos y esto complica la decisión de apostar a una carrera laboral, al punto que, según la OCDE, entre el 80 y el 85% de los trabajos que desempeñarán en 2030 aún no existen; y de los que sobrevivan, aproximadamente el 30% pueden sufrir una profunda transformación ya que son permeables a un alto riesgo de transformación.
Dicho esto, podemos ir esbozando algunas conclusiones preliminares: muchos de los roles actuales desaparecerán, o más bien, se adaptarán junto con nuevos roles y/o profesiones, lo cual requerirá un alto grado de conocimiento técnico, apalancado en nuevas tecnologías y soft skills donde la innovación y creatividad marcarán con menor o mayor éxito nuestro éxito laboral.
Disparemos ahora nuevas preguntas haciendo foco en nuestra profesión ¿Cómo nos encuentra a los contadores públicos este escenario? ¿Estamos preparados para el desafío? ¿Qué dicen los datos al respecto?
Teniendo en cuenta el amplio ámbito de incumbencia que tienen los contadores públicos, el impacto de la transformación digital puede ser bastante disímil, pero sin duda que será significativo para todos nosotros, independientemente de nuestro expertise. Si hablamos de auditores, según la fuente que se consulte, esta actividad no cae del top 3 de roles candidatos a ser automatizados. Según la publicación “Accounting Today Research” cuando se les pregunta a los contadores que cosas le quitan el sueño, es el impacto de la tecnología la primera preocupación, seguida por la adaptación a los cambios vertiginosos que hoy se presentan. Capacidades de data analytics son la clave del futuro para 2 de cada 3 profesionales consultados (1) y si le preguntamos al CFO que es lo que busca en su área financiera es la adaptación a las nuevas tecnologías el skill más deseado (2).
Hablamos de la importancia de la creatividad. Célebre es la frase de Jack Welch CEO de General Electric: “Cambia antes de que debas hacerlo”. La pregunta es ¿Estamos dispuestos a cambiar? Porque si no lo hacemos, alguien lo hará por nosotros y ocupará nuestro lugar. Nuestra profesión es muy diferente a como lo fue años atrás, pero será dramáticamente diferente de aquí en más y la innovación requiere de gente dispuesta a romper reglas y asumir mayores riesgos. Ahora repregunto, ¿Estamos los contadores públicos preparados para romper reglas? ¿No parece ser todo lo contrario a lo que aprendimos y hacemos diariamente?
Respecto de las nuevas tecnologías, y si me permiten dejar de lado por unos minutos a nuestro fiel compañero de aventuras, las planillas de cálculo. ¿Qué sabemos de inteligencia artificial? ¿Estamos preparados para ser protagonistas y no víctimas de las tecnologías de RPA (Robot Process Automation)? ¿Conocemos las ventajas de los servicios en la nube y como ponerlos a nuestro favor? ¿Estamos al tanto que la tecnología blockchain representa ni más ni menos que la existencia de un libro diario global, descentralizado y totalmente transparente?
Creemos firmemente que la profesión del contador público se ve impactada de lleno por las nuevas formas de trabajar, no obstante, el profesional cuenta con determinadas habilidades esperadas por la sociedad que nos permiten inferir que su labor seguirá siendo crucial para la comunidad (juicio crítico, actuación basada en la ética, entre otras). No obstante, nos encontramos en un punto donde entendemos deberán surgir los líderes que nos guíen y ayuden en este proceso de reinvención que no parece sencillo, ya sea por nuestra formación académica, o bien por la naturaleza y abordaje con la cual enfocamos nuestra actividad cotidiana.
¿Me permite el lector volar un poco? Yo pagaría por ser parte de un equipo que ejecute auditorías contables sobre poblaciones completas orquestadas por IA, y emitiendo un informe con juicio profesional sobre la transparencia de las transacciones, ya que la exactitud de los datos estaría dada por técnicas de ciencia de datos. Sin embargo, también deberíamos velar por la calidad de los algoritmos utilizados y la inexistencia, por ejemplo, de sesgos.
Me encantaría ver al contador implementando libros diarios en blockchain y, por ejemplo, emitir certificaciones profesionales de cláusulas programadas en smart-contracts.
Estaría fascinado por elaborar y administrar la mayor base de datos de conocimientos impositivos y disponibilizar toda esa información valiosa para el contribuyente a través de asistentes virtuales, o como se los denomina comúnmente chatbots, para un asesoramiento impositivo virtual 24x7 (¿podríamos llamarlos taxbots?)
Si todo en la actualidad y en el futuro será una app, ¿Por qué no impulsar esas soluciones siendo los consultores expertos en el campo técnico, pero con el conocimiento tecnológico necesario para potenciar esos equipos de desarrollos? ¿Por qué no ser los responsables de la automatización de tareas administrativas y contables tomando como propia las soluciones RPA existentes en el mercado y liderando la eficiencia en los procesos de negocios?
Hoy más que nunca estamos ante la oportunidad de poder modelar nuestro futuro. Muchas compañías y redes profesionales ya han decidido ser protagonistas y reinventarse para estar a la altura de las demandas que surgirán. ¿Qué haremos los contadores públicos? Si estuviésemos en el guion de la película Matrix…… ¿Tomaríamos la pastilla roja que nos ofrece Morfeo para elegir la transformación? ¿O seguiríamos dormidos, ingiriendo la pastilla azul, y siendo los espectadores de un futuro ajeno y desconcertante? La decisión está en todos y cada uno de nosotros.
Autor: L. Romero
(1) Fuente: Institute of Management Accountants
(2) Fuente: Adaptative Insights
Comentarios
Publicar un comentario