Ganancias: el proyecto de ley anunciado por Prat Gay bajará drásticamente el impuesto a pagar de empleados
El ministro de Hacienda confirmó que elevarán el mínimo no imponible a $30.000 mensuales y que ajustará las escalas que determinan las alícuotas que deben pagar los dependientes. Según explicó el funcionario, la medida tendrá un costo fiscal de $37.000 millones
El ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, confirmó que presentará un proyecto para modificar el Impuesto a las Ganancias cuando reabran las sesiones del Congreso y estimó que no habrá problemas para que se convierta en ley, ya que recolecta las iniciativas de los otros partidos políticos.
El funcionario recordó que la propuesta elevará el mínimo no imponible a $30.000 mensuales y que, asimismo, se iban a ajustar las escalas que determinan la alícuota que deberá pagar cada persona.
Si bien no dieron mayores precisiones, el equipo económico de Mauricio Macri buscará que exista un solo piso, con escalas progresivas, que se ajuste de manera automática y que se aplique a todo el año fiscal (es decir, del 1 de enero al 31 de diciembre de cada año).
Con estas medidas, terminarían con años de modificaciones parcializadas. No hay que olvidar que Cristina Kirchner introdujo uno de los cambios más resistidos de los últimos tiempos y convirtió el impuesto en una "lotería".
Esto es así, debido a que la condición frente al gravamen quedó determinada por los ingresos obtenidos en un período de tiempo (más precisamente, de enero a agosto de 2013) por obra y gracia del decreto 1242.
A través de esa normativa, quedaron establecidas cuatro categorías ficticias (ya que, en realidad, no están fijadas en la Ley del impuesto). En concreto:
El decreto no sólo generó inequidades (ya que puede suceder que dos personas que ganan lo mismo tengan una situación diferente frente al tributo), sino que también colaboró con la confusión. A partir de aquel momento se terminó con la idea general que había sobre el mínimo no imponible.
Impacto en el bolsillo
Todavía es muy temprano para realizar un análisis concreto sobre el impacto que tendrán las modificaciones en el bolsillo de los asalariados. Sobre todo, porque no se conocen con exactitud los pormenores de la propuesta.
No obstante, con los datos proporcionados por los funcionarios se puede hacer una aproximación que, de por sí, es muy alentadora: la carga tributaria se reduciría drásticamente para los empleados en relación de dependencia.
Para ejemplificarlo, se puede considerar el caso de un asalariado que gana $35.000 por mes y que, en el período base que establece el decreto 1242, su mayor sueldo mensual fue de $17.500 brutos.
En la actualidad, una persona que está en estas condiciones puede pagar más de $100.000 al año por Ganancias. O, dicho de otra manera, dejará en las arcas del Estado una cifra cercana al 24% de sus ingresos.
Ya sin los beneficios de la resolución general 3.770 -que rigieron hasta el 31 de diciembre pasado y que tuvieron un impacto menor a la hora de liquidar el impuesto-, este asalariado debe tributar a la mayor alícuota (35%).
Por el contario, considerando que las deducciones se elevarían a $30.000 mensuales, el gravamen a pagar por el mismo empleado no llegaría al 3% de sus ingresos, ya que apenas superaría los 12.000 pesos.
Y la cifra podría ser aún menor, si se tiene en cuenta que en el ejemplo se utilizaron las escalas actuales (incluidas en el artículo 90 de la norma) y, por los ingresos, se aplicó la alícuota del 27 por ciento.
Probablemente, con un ajuste de los valores de las escalas, este mismo empleado termine pagando Ganancias a una tasa mucho más baja y, por ende, también se reduciría el importe a ingresar.
Cuál será el costo fiscal
Como toda medida de este estilo, la elevación del mínimo no imponible y el ajuste de las escalas repercutirán directamente sobre la recaudación del gravamen, ya inciden en el monto que deben pagar los afectados.
Prat Gay lo sabe muy bien.Incluso lo cuantificó. Según las estimaciones realizadas por el equipo económico que dirige, la caja del Gobierno de Macri se perderá de recolectar unos $37.000 millones durante este año.
Pero también, es muy probable que estos cambios terminen incidiendo en la recaudación total y le quiten a Ganancias la importancia que había ganado durante el último período de la gestión de Cristina Kirchner.
No hay que olvidar que, en apenas siete años, los recursos que recolectó el tributo en su porción impositiva (es decir, sin considerar lo obtenido por operaciones aduaneras) pasaron del 19% al 24% de los ingresos generales.
Y, sobre todo, es importante recordar que uno de los principales motivos del incremento fue la falta de ajuste en el mínimo no imponible y en las escalas que definen las alícuotas que se pagarán en cada caso.
Ahora, resta esperar que el Congreso apruebe el proyecto que elevará Cambiemos en cuanto se reanuden las sesiones ordinarias. Algo que, al menos desde la visión de Prat Gay, será sólo un trámite.
Fuente: Iprofesional | G. Chicote
El ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, confirmó que presentará un proyecto para modificar el Impuesto a las Ganancias cuando reabran las sesiones del Congreso y estimó que no habrá problemas para que se convierta en ley, ya que recolecta las iniciativas de los otros partidos políticos.
El funcionario recordó que la propuesta elevará el mínimo no imponible a $30.000 mensuales y que, asimismo, se iban a ajustar las escalas que determinan la alícuota que deberá pagar cada persona.
Si bien no dieron mayores precisiones, el equipo económico de Mauricio Macri buscará que exista un solo piso, con escalas progresivas, que se ajuste de manera automática y que se aplique a todo el año fiscal (es decir, del 1 de enero al 31 de diciembre de cada año).
Con estas medidas, terminarían con años de modificaciones parcializadas. No hay que olvidar que Cristina Kirchner introdujo uno de los cambios más resistidos de los últimos tiempos y convirtió el impuesto en una "lotería".
Esto es así, debido a que la condición frente al gravamen quedó determinada por los ingresos obtenidos en un período de tiempo (más precisamente, de enero a agosto de 2013) por obra y gracia del decreto 1242.
A través de esa normativa, quedaron establecidas cuatro categorías ficticias (ya que, en realidad, no están fijadas en la Ley del impuesto). En concreto:
- Los que tuvieron remuneraciones brutas devengadas menores a $15.000: no tributan Ganancias, dado que se incrementa su deducción especial hasta un valor equivalente al sueldo.
- Quienes cobraron entre $15.000 y $25.000: sufren retenciones pero en menor cuantía, dado que las deducciones se incrementan en un 20% respecto a lo que establece la Ley del gravamen.
- Los empleados con remuneraciones mayores a $25.000 brutos: siguen sufriendo retenciones normalmente. Es decir, las fijadas por la normativa vigente.
- Los que trabajen en la región patagónica (se incluye a la provincia de La Pampa y el Partido de Patagones de la Provincia de Buenos Aires): sufren retenciones de menor valor, dado que sus deducciones personales se incrementan en un 30 por ciento.
El decreto no sólo generó inequidades (ya que puede suceder que dos personas que ganan lo mismo tengan una situación diferente frente al tributo), sino que también colaboró con la confusión. A partir de aquel momento se terminó con la idea general que había sobre el mínimo no imponible.
Impacto en el bolsillo
Todavía es muy temprano para realizar un análisis concreto sobre el impacto que tendrán las modificaciones en el bolsillo de los asalariados. Sobre todo, porque no se conocen con exactitud los pormenores de la propuesta.
No obstante, con los datos proporcionados por los funcionarios se puede hacer una aproximación que, de por sí, es muy alentadora: la carga tributaria se reduciría drásticamente para los empleados en relación de dependencia.
Para ejemplificarlo, se puede considerar el caso de un asalariado que gana $35.000 por mes y que, en el período base que establece el decreto 1242, su mayor sueldo mensual fue de $17.500 brutos.
En la actualidad, una persona que está en estas condiciones puede pagar más de $100.000 al año por Ganancias. O, dicho de otra manera, dejará en las arcas del Estado una cifra cercana al 24% de sus ingresos.
Ya sin los beneficios de la resolución general 3.770 -que rigieron hasta el 31 de diciembre pasado y que tuvieron un impacto menor a la hora de liquidar el impuesto-, este asalariado debe tributar a la mayor alícuota (35%).
Por el contario, considerando que las deducciones se elevarían a $30.000 mensuales, el gravamen a pagar por el mismo empleado no llegaría al 3% de sus ingresos, ya que apenas superaría los 12.000 pesos.
Y la cifra podría ser aún menor, si se tiene en cuenta que en el ejemplo se utilizaron las escalas actuales (incluidas en el artículo 90 de la norma) y, por los ingresos, se aplicó la alícuota del 27 por ciento.
Probablemente, con un ajuste de los valores de las escalas, este mismo empleado termine pagando Ganancias a una tasa mucho más baja y, por ende, también se reduciría el importe a ingresar.
Cuál será el costo fiscal
Como toda medida de este estilo, la elevación del mínimo no imponible y el ajuste de las escalas repercutirán directamente sobre la recaudación del gravamen, ya inciden en el monto que deben pagar los afectados.
Prat Gay lo sabe muy bien.Incluso lo cuantificó. Según las estimaciones realizadas por el equipo económico que dirige, la caja del Gobierno de Macri se perderá de recolectar unos $37.000 millones durante este año.
Pero también, es muy probable que estos cambios terminen incidiendo en la recaudación total y le quiten a Ganancias la importancia que había ganado durante el último período de la gestión de Cristina Kirchner.
No hay que olvidar que, en apenas siete años, los recursos que recolectó el tributo en su porción impositiva (es decir, sin considerar lo obtenido por operaciones aduaneras) pasaron del 19% al 24% de los ingresos generales.
Y, sobre todo, es importante recordar que uno de los principales motivos del incremento fue la falta de ajuste en el mínimo no imponible y en las escalas que definen las alícuotas que se pagarán en cada caso.
Ahora, resta esperar que el Congreso apruebe el proyecto que elevará Cambiemos en cuanto se reanuden las sesiones ordinarias. Algo que, al menos desde la visión de Prat Gay, será sólo un trámite.
Fuente: Iprofesional | G. Chicote
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