El vicepresidente del Banco Central, Lucas Llach, y el director Horacio Liendo recibieron el viernes a los grandes recaudadores de AFIP: bancos y empresas de cobranzas. Fue una reunión sobre el costo del manejo del efectivo, que ya tiene su precio: 1%, porque hay un exceso de billetes.
Pero la gran novedad en la reunión, que duró algo más de una hora, la dio un alto funcionario del área de Recaudaciones de la AFIP, que avisó que tienen como prioridad número uno para este año el desafío de bancarizar toda la recaudación del organismo: persiguen que todo impuesto que cobren sea a través de una cuenta bancaria.
La premisa es bancarizar todo pago de monotributo y de autónomos, ya que todavía hay un remanente de tres millones que pagan en efectivo. Si bien en monto la mayoría de la recaudación de AFIP se da por medios electrónicos, en cantidad todavía hay muchos que lo hacen en efectivo, en especial los monotributistas de los niveles más bajos. En la AFIP sostienen que la bancarización es la mejor forma de luchar contra la informalidad, donde el efectivo siempre está presente.
En las empresas de cobranzas se podrá hacerlo mediante tarjeta de débito: están trabajando para que entre mayo y junio ya puedan aceptar pagos con débito, que hoy lo hacen unas pocas firmas del interior.
Quien no esté bancarizado deberá ir a un banco a depositar el importe para luego poder transferirlo, o pedir que le acrediten algún pago en su cuenta.
La idea que barajan en la AFIP es que entre mayo y junio que todos los pagos de hasta $ 3.000 sean bancarizados, y luego llegar a fin de año con que cualquier pago sea por cuenta bancaria.
Los bancos son los que más apoyan la medida, ya que de lo contrario deben pagar el 1% por el efectivo, pues el Central sólo les acepta los billetes deteriorados, y en cupos limitados, porque la máquina de destrucción de billetes que opera en la Casa de la Moneda funciona sólo ocho horas al día, ya que sino se recalienta a más de 50 grados, por lo que no tiene capacidad operativa para absorber todo el circulante en mal estado.
De todos modos, en el BCRA insisten con que depuren (separen) los billetes en buen estado de los que no lo están, que ellos les tomarán estos últimos, que son la mayoría, para ir sacándolos de circulación. Empresas de cobranzas le daban el negocio de depuración a las transportadoras de caudales, pero ahora están pensando en hacerlo ellos mismos, aunque no es sencillo, ya que deben embalar los billetes para la destrucción de una determinada manera, diferenciarlos de los de buen uso dentro de fajos de billetes, lo cual lleva un proceso de mucha auditoría. Luego, el BCRA los vuelve a procesar para controlar, hasta que los manda a la Casa de la Moneda.
Autor: M. Gorodisch
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